Granada, ciudad de resonancias poéticas y espirituales, acoge Transfiguraciones: De la forma al abismo, un recital de piano que propone un recorrido por tres siglos de evolución musical. Este concierto de piano en Granada se presenta como un viaje sonoro que explora la transformación de la forma musical, desde la claridad racional del barroco hasta el abismo emocional del romanticismo. Cada obra del programa se convierte en una estación de ese trayecto interior, donde el sonido revela su poder de transfiguración.
El recital se abre con tres compositores esenciales del siglo XVIII: Domenico Scarlatti, Johann Sebastian Bach y Antonio Soler. En las sonatas de Scarlatti, la energía rítmica y el espíritu popular se combinan con una invención melódica que anticipa la libertad del piano moderno. Sus breves piezas en re menor despliegan una tensión entre danza y contemplación, entre fuego y silencio. El Preludio y fuga en re menor, BWV 875, de Bach, encarna el equilibrio perfecto entre orden y expresión: el contrapunto se convierte en arquitectura del alma, una forma que contiene emoción sin desbordarse. Por su parte, las sonatas de Antonio Soler prolongan esa herencia con un lenguaje de claridad clásica y colorido español; su escritura ágil y viva demuestra la conexión entre la escuela ibérica y la tradición europea.
La primera parte culmina con la Sonata n.º 21 en Do mayor, op. 53 “Waldstein”, de Ludwig van Beethoven, una obra que transforma definitivamente la concepción de la sonata para piano. Su energía propulsora y su amplitud armónica simbolizan la expansión del espíritu clásico hacia nuevas dimensiones expresivas. Beethoven lleva la forma al límite, buscando un sonido que trascienda la estructura sin perderla. Las tonalidades de Do mayor y Fa mayor (en el Adagio) iluminan el camino desde las sombras iniciales de re menor y la menor, construyendo un arco de luz que cierra la primera mitad del programa.
Tras la pausa, la atmósfera cambia. La Chacona de Sofia Gubaidulina, una de las voces más profundas de la música contemporánea, actúa como un espejo espiritual del pasado barroco. Basada en una antigua forma de variaciones, la obra se despliega como un viaje interior, donde cada repetición parece acercarse a un límite entre lo material y lo trascendente. En esta Chacona, la compositora rusa reinterpreta la tradición con un lenguaje propio, lleno de tensiones, resonancias y silencios cargados de sentido.
Este recital de música clásica en Granada culmina con la monumental Sonata en si menor, S. 178, de Franz Liszt, una de las cimas absolutas del repertorio pianístico. En esta obra, Liszt condensa todo el universo romántico en una sola forma continua. Los temas se transforman incesantemente, encarnando la lucha entre lo demoníaco y lo divino, entre el caos y la redención. Su arquitectura cíclica, heredera de Beethoven, se convierte en una metáfora de la vida misma: destrucción, renacimiento y transfiguración. Cada sección parece surgir orgánicamente de la anterior, como si el tiempo se plegara sobre sí mismo, y el oyente quedara atrapado en una espiral sonora que avanza inexorablemente hacia la catarsis final.
Así, Transfiguraciones: De la forma al abismo traza un arco sonoro perfectamente simétrico: la primera parte asciende desde la estructura hacia la libertad, y la segunda desciende desde el sonido hacia el silencio. Las tonalidades —de re menor a si menor— refuerzan esa evolución simbólica, un tránsito de la claridad a la profundidad, del orden a la introspección. En el contexto inspirador de Granada, este recital invita al oyente a vivir la música como experiencia espiritual y estética: un viaje donde el tiempo se pliega, las formas se reinventan y el piano se convierte en voz de una transformación eterna.
